miércoles, 29 de junio de 2016

LO Q VERDADERAMENTE PASA EN VENEZUELA. POR FELIPE PEREZ MARTI.

Felipe Pérez Martí <felipeperezmarti@gmail.com>

12:59 (hace 8 horas)
para que_hacer
Estimado Luis Vicente, y colisteros todos. Quiero comentar tu artículo de abajo, aparecido en Prodavinci,  intercalando mis comentarios.


El 27/06/16 a las 10:35, javier alfredo biardeau restrepo escribió:


  ¿Cuándo se acaba esto?; por Luis Vicente León

Por Luis Vicente León | 26 de junio, 2016


Es la pregunta que todo el mundo nos hace: “¿Cuándo se acaba esto?” Y la única respuesta válida, seria y técnica es: “Ni la más remota idea”.

No hay forma de proyectar tiempos en las ciencias inexactas, pero a sabiendas de que el 94% de la población dice que el país está muy mal y que 75% votaría en contra del presidente en un Referendo Revocatorio, sumado a que la economía sigue deteriorándose exponencialmente y que ya hay una situación de convulsión social desarticulada pero permanente, me puedo permitir una macro proyección tendencial: el cambio en Venezuela empezó y difícilmente va a parar.

Pero de ahí a proyectar que esto va a ocurrir de inmediato, hay un salto mortal con triple tirabuzón. No estoy diciendo que no puede pasar: estoy diciendo que no lo podemos proyectar, como tampoco pueden aquellos que lo hacen sin que les tiemble el pulso. Aunque este comentario alborote a los linealpensantes y eso se transforme en insultos digitales.

Es cierto que el futuro no lo podemos determinar con certeza a partir del presente en ciencias sociales. Pero de ahí a decir que no podemos hacer proyecciones sobre él, hay un gran trecho. Precisamente por eso son ciencias: porque tienen teorías que permiten predecir ciertas cosas si ciertas otras están presentes. De manera probabilística, claro, sobre todo porque se trata de ciencias sociales, no de ciencias exactas. Y no solo en materia de tendencias, como dices, sino de tiempos también. Para eso están los modelos dinámicos, por ejemplo, que te hablan de la velocidad de los cambios, no solo de su sentido, dadas ciertas circunstancias causales. Además, está el asunto de la intuición, del arte, en estas disciplinas, que te orientan mucho, aunque es fundamental saber que las predicciones basadas de esa manera dependen crucialmente del punto de vista. En particular, es bueno saber de entrada que lo que va a ocurrir depende de la fe: si suficiente cantidad de personas cree que Maduro  va a caer este año, cae. Así como en economía, en política la fe mueve montañas. Pero como el mismo Jesús de Nazaret dijo, para complementar esa afirmación, no se trata solo de la fe: la fe sin obras no compone. Son las acciones motivadas por esa fe las que producen el resultado. Y en un contexto social en que hay liderazgos de opinión, que forman la fe, es crucial que se hagan las "predicciones correctas", las que están en el interés de las grandes mayorías de la población.

Es por esto que estoy comentando tu artículo, amigos Luis Vicente. Para contrarrestarlo, pues pienso que es negativo para nosotros, aunque no sea tu intención. Hay que tomar partido aquí. No podemos lavarnos las manos diciendo que, estrictamente hablando, no se puede predecir el futuro. Claro que en esto no te vas a equivocar. Pero pasa como con el principio de la incertidumbre en Física: ganas en certeza de la predicción, pero pierdes relevancia, si haces esto. De entrada te digo que estoy apostando cinco mil dólares a que Maduro no pasa de este año en el poder. Sigo abajo, adelantando algunas teorías útiles en este caso para fundamentar mis creencias, mi fe, con ejemplos intuitivos y alguna evidencia empírica estilizada.  Te invito a que lidericemos esta creencia.
No voy a desarrollar el escenario en el cual el Presidente podría salir del poder rápidamente. De eso hay ríos de artículos y opiniones, algunos de ellos con argumentos impecables, racionales y posibles. Sólo quiero poner el tema en balance objetivo y que para eso analicemos entonces lo que menos le gusta discutir a mis amigos.

Aprovecho la frase de "balance objetivo" para precisar lo que dije sobre las creencias (no se trata de "objetividad", por tanto). La teoría es la de los "equilibrios de coordinación" en Teoría de Juegos: si los indudustriales creen que los agricultores van a invertir, invierten. Porqué? Porque si lo hacen, van a poder intercambiar lo que habrán producido, con lo que habrán producido los otros. Y viceversa. Pero si creen que ellos no van a invertir, no invierten, porque saben que su producto no tendría compradores. Así que hay dos equilibrios: uno malo, y uno bueno. Dependen enteramente de la fe, de las creencias. (pero no enteramente en realidad, claro, pues las acciones, las decisiones de inversión que acompañan esa fe, es lo que instrumenta la fe en realidades).

Esta teoría es la que en realidad usó Goebbels, el progagandista Nazi. El asunto no era repetir una mentira mil veces. El asunto era que eso inducía creencias en la gente, y las acciones de la gente producían un futuro, que era lo que ellos buscaban. Sabemos que este gobierno es experto en meter mentiras, y repetirlas una y otra vez. Están usando esa teoría también. Por ejemplo, usan medias verdades, como eso de que la inflación se debe a que los vendedores aumentan los precios. Eso es lo que la gente ve. Pero la gente también ve que el sol sale por un extremo de la tierra, y se oculta por otro. No por eso es verdad que el sol gira alrededor de la tierra. Es al revés: es el gobierno, con sus polítticas monetarias y fiscales, quien produce la inflación. Los vendedores actúan racionalmente aumentando precios, y el gobierno los acusa de culpables. Toma ciencia dilucidar las causas. Pero el gobierno ha buscado charlatantes, apologetas, para justificar sus afirmaciones, mentirosas, para convertirlas en "verdades" políticas, que produzcan un resultado. Prácticamente nadie ya les cree, como tus encuestas lo dicen, Luis Vicente. Pero todavía el gobierno dice mentiras contra las que tenemos que estar alertas, como que el referéndum revocatorio no va este año "porque no hay tiempo". "Cualquier cosa puede pasar" es una teoría que favorece al gobierno. Y es falsa (!). Voy a decir porqué (;-) ):
Primero, debo decir que la historia demuestra que las crisis económicas severas suelen ser desastrosas para los gobiernos en las elecciones, pero no son los disparadores clásicos de las rebeliones populares que tumban gobiernos.

Esa afirmación no es tan cierta, si se estudia las situaciones en que  las crisis económicas y sociales han sido especialmente fuertes. Por ejemplo luego de períodos hiperinflaciconarios, prácticamente siempre hubo  cambios de gobierno. Y lo que tenemos ante nosotros representa gravedades comparables. La hiperinflación es enmascarada por dos cosas: una, que  los salarios no se indexan como en esos procesos. Otra, que se emite mucho dinero para financiar el gigantesco déficit fiscal. Pero las dos cosas tienen un efecto redistributivo regresivo pasmoso, para estándares incluso internacionales,  contra la clase media y contra los pobres. El efecto social, a dilferencia de los procesos hiperinflacionarios, no se distribuye más o menos de manera similar entre la población, sino de manera preversa, contra los más vulnerables, lo que devela que este gobierno no es de izquierda, en absoluto, sino de derecha corrupta (favorece a los  poderosos que lo  son, no por su esfuerzo). No abundaremos en los otros aspectos del abismo económico social en que estamos, pero eso es innegable.

Que  no había elecciones previstas en esos lapsos en países que han sufrido hiperinflaciones? No hay problema. Se generaron condiciones para que los cambios de ejecutivo ocurrieran, como el paso de Siles Suazo, dos años antes de terminar su mandato,  a Paz Estenssoro en 1984 en Bolivia al final de la hiperinflación. A veces por golpes de estado. Pero eso  aquí no va a ocurrir, como diré abajo. La salida aquí no es militar: es electoral, o de renuncia. Pero hay  salida. Este año.  No me cabe duda, por  la intensidad de la situación, que es una olla de presión explotando ya. Y muchos  intereses presentes, como para impedir que el país simplemente explote y siga el rumbo de Somalia, domo diré abajo.
Segundo, vale la pena aclarar que la tesis de que el gobierno está totalmente debilitado y la oposición fortalecida es una afirmación atrevida. Una situación en la cual el gobierno defenestra diputados adversarios, se vuela la supermayoría calificada en su contra, bloquea todas las decisiones de la Asamblea Nacional y los pone a hacer maromas inventadas para bloquear el ejercicio de un evidente derecho constitucional como el Referendo Revocatorio, mientras la oposición no puede hacer absolutamente nada más allá que jugarle el juego, no proporciona argumentos muy sólidos para demostrar la hipótesis de reversión en las fuerzas del país.

Luis Vicente: si el gobierno hubiera actuado racionalmente, hubiera reconocido la realidad política, y económica y social, del 6D. Todo lo que ha hecho, que implica no reconocer ese hecho, lo ha perjudicado, si lo analizamos con detalle. Veamos porqué. Primero la teoría: se trata de una guerra de desgaste, en que dos contendientes principales luchan por el territorio político. El elemento económico-social es el determinante en el proceso de desgaste. El gobierno había sido reconocido, según las encuestas, como el principal responsable, y eso determinó el resultado. Qué era lo óptimo? Llegar a un acuerdo inmediato con la oposición, y salvar la vida, ya que había perdido la batalla. Maduro ni siquiera hizo los cambios en política económica que habrían producido la debacle, y puso a dirigir la economía nada menos que  a un charlatán, como si se creyera él mismo el cuento de la guerra económica, que no había inflación sino especulación privada. De manera que las condiciones del desgaste siguieron. Y la oposición, después de un período inicial, en parte debido a sus divisiones internas, no solo no se desgastó, sino que está creciendo en su liderazgo político.

El gobierno no solo no actuó como prescribe la teoría de juegos, con su estrategia óptima de llegar a un acuerdo inmediato para evitar seguir perdiendo más terreno que su contrincante. En la guerra que siguió empezó a actuar, antes bien, de manera completamente desquiciada: mostró, esta vez a sus propios electores, que  no era democrático. Que no respetaba las decisiones del pueblo. Que recurría a argucias ilegales, inconstitucionales, para irrespetar la ley, la Constitución de Chávez. Mostró a la comunidad internacional que no era democrático, en todos estos aspectos. Se quitó la careta incluso ante una parte determinante de la fuerza armada, la institucional, y la "patriota" (chavista-no-madurista). De manera que con estas acciones, que aparentemente muestran fuerza, lo que ha hecho es debilitarse más. La situación es similar a una persona que cae en tierra movediza. Necesita un rescate de fuera. Si trata de salvarse por sus propios medios, moviéndose, y dando patadas y manotazos, como este gobierno, se hunde más, como ha ocurrido.

Por si fuera poco, ha hecho lo más grave que se puede hacer en una situación como esta, prescrita por la teoría: está poniendo en peligro la vida misma de sus soldados, al pretender seguir peleando una batalla que ha perdido. Va a perder no solo el territorio, sino la vida. Realmente la vida futura del chavismo en democracia. En vez de reconocer que ha perdido una batalla, y reagruparse salvando la vida, ha seguido luchando, y está conduciendo al naufragio político al chavismo mismo. Y con esto se ha ganado un enemigo adicional, aparte de los ya mencionados: la dirigencia sensata del chavismo, que se da cuenta de que Maduro es un lastre insoportable para su movimiento. Mientras él siga en el poder, no van a poder aspirar a ninguna gobernacion, alcaldía, consejo municipal, etc.

Así que mientras el gobierno ha estado haciendo estas acciones, que en apariencia muestran fortaleza, lo que ha estado ocurriendo es que se ha estado debilitando aún más de lo que ya estaba, sin ninguna duda. Inerpretarlo de otra manera es un error. Esta vez objetivo. Con consecuencias  subjetivas potencialmente nefastas. Pues se trata de una situación como cuando un dragón de papel (el gobierno, debilitado), arrincona a un tigre que ha estado dormido. Es cierto que el gobierno todavía tiene el apoyo de la parte corrupta de la fuerza armada, la que lideriza el cartel de mafias que ha dominado a este gobierno, y a este país. Pero el tigre dormido ha estado despertando, en mucho por los propios errores del gobierno, como hemos dicho. Y  está dando los primeros zarpazos, que han estado mostrando la piel de papel del monstruo de siete cabezas, que cada vez asusta a menos gente. Lo único que fortalece al dragón es el miedo del tigre. Pero el miedo ya se acabó, amigo Luis  Vicente. Aquí lo que hay es amor ahora, y lo que va a pasar es que no va a destruir al dragón, sino que la interacción lo va simplemente a diluir.
Tercero, la relación entre el gobierno y el sector militar, que participa activamente en una especie de cogobierno es, por ahora, fuerte. No hay que ser demasiado perspicaz para entender que deben pasar muchas cosas primero antes de que se revierta esa relación.

Primero que todo, no es cierto que la fuerza armada es un "sector militar" homogéneo. Para nada. Ya lo sabíamos, como lo predice la teoría, que sea iban a producir divisiones. Pero es un hecho ya público y notorio el descontento al interior del estamento, a jugar por las declaraciones de Clíver Alcalá, Rodríguez Torres. El General Reverol, de la Guardia Nacional (no bolivariana, pues le queda grande el nombre, como sabemos) está claramente a favor de Maduro y la banda de los siete. Y  seguramente Maduro, con los ascensos militares en puertas, va a tratar de ascender a treinta generales, si los candidatos son treinta. Va a pretender seguir bajándose los pantalones ante la fuerza armada, para mantener el poder. Pero esto tiene un efecto limitado, pues el descontento militar no tiene que ver tanto con el hecho de que no los asciendan, sino con la problemática socio-económica y política que se vive. Hay gente realmente patriota, y bolivariana, en la fuerza armada. Y ellos no son ni tontos, ni ciegos. Así como el pueblo logró un éxito rotundo el 24 de Junio, en la Batalla de Carabobo de la validación de firmas, en una jornada en que la fuerza armada se puso de lado de los enemigos de la patria de Bolívar en su día de cumpleaños, los patriotas de la fuerza armada están librando al interior de esa institución una Batalla de Carabobo para poner la institución del lado del pueblo bolivariano, el pueblo de Venezuela. Lo dice la teoría, y lo dicen los signos que hemos visto.

Por  cierto que en esto de que la fe mueve montañas en política, como  en economía, hay que matizarlo, pues la fe de algunos es más poderosa que  la de otros. El sector militar va a ser crucial en lo que pase, de acuerdo a sus creencias (e intereses!). Son muy pragmáticos, como  dice la historia, y la teoría  también. Estoy seguro que no son tontos, y están ya armando su estrategia para jugar a ganador. Y quien gana no es precisamente Maduro. Asegurarán,  como es lógico, un puesto en la nueva institucionalidad. Y esto es perfectamente acomodable para la oposición. Así que  no veo problema aquí. Antes bien: estoy seguro de que, más allá de la retórica, la fuerza armada tendrá su puesto, digno, en el cambio de régimen político, y las conversaciones, detrás de bambalinas, estarán ya ocurriendo en este sentido.

Cuarto, las organizaciones internacionales regionales, que intentan presionar cambios o negociaciones, tienen algunas limitaciones vinculadas al hecho de que los poderes ejecutivos que monopolizan la representación en ellos no pueden hacerle a otro lo que no les gustaría que les hagan a ellos.

En neto, la acción en la OEA ha perjudicado al gobierno, y ha favorecido a la gran mayoría de los venezolanos. No? Y eso a pesar de otra cosa que  no mencionas. De hecho, en vez de actuar racionalmente, el gobierno ha estado mostrando que lo que le interesa es mantener el poder, a costa de lo que sea. Ha actuado como un padre de familia que lamentablemente ha incurrido en el vicio de la droga. Y para mantenerlo, ha dilapidado no solo la riqueza de la familia. Y realmente no se ha bajado los pantalones él mismo ante los vendedores de droga. Ha bajado los pantalones de su familia, y los ha entregado indignamente, con tal de mantener el vicio, como ha actuado Maduro, Diosdado y el resto de la banda de los siete. Es lo que han hecho frente a algunos países, comprando votos. Han entregado al país como les ha dado la gana, para mantener el poder. Y ya vemos que ni siquiera esto les ha servido de nada, por la votación mencionada. Incluso los sectores mencionados de la fuerza armada se están dando cuenta de que  si quieren defender la soberanía, tienen que  actuar contra este gobierno, no seguir manteniéndolo artificialmente, sin legitimidad alguna.

Quinto, la oposición se divide frente a la forma de lucha contra el gobierno: algunos creen en el Referendo Revocatorio, otros preferirían socavarlo con una elección de gobernadores y otros piensan que los anteriores son una partida de gafos que no entienden que esto no será electoral.

Primero, que no creo que  la oposición esté tan dividida en materia del Referéndum Revocatorio (RR). Tanto públicamente, como en privado, he observado bastante unidad aquí. Pero lo relevante aquí es lo  siguiente: este no es un juego de fútbol en el que el que meta más goles gana. Es un juego en el que quien meta menos auto-goles, gana. Y en esta materia, el gobierno le lleva una morena a la oposición. Sobre todo después de que la MUD ha estado lidiando con los asuntos internos, ha puesto reglas, ha estado avanzando, y su comando se reconstituyó luego de una ruptura temporal en por tres meses en enero, por lo de la presidencia de la AN. Es  claro que han metido auto-goles, repito. Pero los errores del gobierno son sencillamente descomunales e inauditos. Van pa' fuera. No me cabe duda. Y es más por auto-golpe, en sentido  de auto-tumbarse, que por golpes del enemigo.
Sexto, si finalmente la situación se hace insostenible y la crisis genera una explosión espontánea, la evidencia nos muestra que nadie suele ganar en la anarquía. Pero sí hay un sector, vestido de verde y con cachuchas, que puede agarrar el toro por los cachos. Pero les regalo, con lacito y todo, el resultado que eso podría tener para el país, por lo que ese sueño de algunos radicales podría terminar siendo peor que la enfermedad.

Depende de qué país se trate, y de qué circunstancias enfrentemos. Un auto-golpe? No es posible, pues ya estamos en él, y es mejor enmascararlo como un gobierno democrático y civil. Sería quitarse la careta, cosa que no les conviene, pues  contradice su discurso, y no  tendría apoyo ni siquiera de sus correligionarios más acérrimos. Ya están en el mejor de los mundos,  gobernando por decreto, sin apego  a ley alguna, y a favor de los  militares y otros usufructuarios corruptos de la renta petrolera y del poder político ilegítimo. Para qué mostrar la cara?

Ahora, golpe contra el gobierno? No ocurriría, pues no tendría apoyo ni siquiera de la oposición. Si cambiar al gobierno, desde la fuerza armada, fuera el objetivo, se facilitaría, desde allí, una salida electoral (el referéndum), o una renuncia. Ya estamos viendo,  de hecho, movimientos en ese sentido: una gran inconformidad al interior de la fuerza armada. Aquí no  hay condiciones,  pues, para un golpe militar. Y  hay demasiados intereses, como para prever una somalización, la continuación de la anarquización generalizada. Los mismos boliburgueses saben que esto es no solo insostenible, sino insoportable. Lo dice el Cumanazo, el  Venezolanazo en puertas. El deterioro a todos los niveles en lo económico, social, institucional. Esto es invivible incluso para los usufructuarios del sistema. Deben estar pensando ya en huir del país, con sus maletas de valores. Deben estar, la mayoría,  en pánico, y planificando su salida,  lo más  pacíficamente posible. Aunque todavía  haya entre ellos  gentes  que piensa que  pueden durar más. Pero no duran.

Nos guste o no, para que este proceso sea estable se necesita una negociación política. El trabajo inteligente es presionar para que ocurra y se logren acuerdos concretos entre las partes para provocar cambios sostenibles en el tiempo.

Si no hay acuerdos, no habrá estabilidad. Ni cambio. Ni paz.

Lo que dice la teoría es que en una situación como esta, el jugador relativamente fuerte no va a negociar el territorio. Podría negociar la vida de los enemigos, a cambio de que  salgan pacíficamente. Pero no se va a poner en duda de que ganaron la batalla (la perdió el gobierno, más bien,  como hemos ilustrado). En particular, el RR no va a ser negociado,  bajo ningún concepto. Así que la  MUD ha actuado racionalmente en esto. Se puede negociar la forma y las condiciones de la salida, pero no si hay salida. Esto viene seguro. Por supuesto que  demorar el RR hasta  el otro año significa negociar la salida. La MUD no lo va a hacer, y es racional. Así que no los llamemos a que negocien esto, pues eso no es ni "inteligente", ni conveniente para la mejor estrategia en el juego que se está jugando.

Y de ahí mi apuesta, que espero que sea la apuesta del 99% de los venezolanos, incluyéndote, Luis Vicente, y a los militares republicanos y bolivarianos.

Cordialmente y pendientes, que ahora  es que viene lo bueno,

Felipe
PD: he repetido algunas cosas que  he dicho en lista,  pero es a ver si lo publican en otros lados, para que  tenga efecto la cosa ;-)